INTRODUCCIÓN
El aprendizaje significativo es la construcción de significados nuevos e implica un cambio en los esquemas de conocimiento que se poseen previamente. Y este cambio se logra introduciendo nuevos elementos o estableciendo nuevas relaciones entre los mismos.
Una condición necesaria para que el proceso de enseñanza-aprendizaje se desarrolle adecuadamente es que el alumno se encuentre motivado por lo que aprende. Sin embargo, en los últimos años se ha detectado una falta de motivación que los estudiosos de la educación atribuyen a la monotonía y falta de retos que presenta el enfoque tradicional de la enseñanza, en el que el profesor es el centro del proceso, pues se pasa la mayor parte de tiempo hablando, y el alumno simplemente es un receptor que, en muchos casos, poco alcanza a comprender de lo que se le es expuesto. Se han realizado estudios en los que se estima que tan solo el 5% de lo expuesto por un profesor es recordado por el alumno.
En este sentido, Novak (1982) establece las siguientes condiciones para que el aprendizaje sea significativo:
a) El contenido debe ser potencialmente significativo.
b) Es necesario que el maestro cree expectativas de valor instruccional al mostrar las posibles aplicaciones y la utilidad de una tarea o de un tema.
c) El profesor debe promover las tareas grupales entre los compañeros de clase.
d) El alumno debe tener una actitud favorable para aprender significativamente, es decir, debe estar motivado para relacionar lo que aprende con lo que ya sabe.
e) Debe crearse un ambiente en el que el alumno desarrolle la creencia en sus propias habilidades.
Asimismo, no cabe duda de que los cambios sociales, económicos, culturales y educativos, entre otros, que se están dando actualmente en la sociedad nos plantean la necesidad de buscar formas nuevas para los procesos de enseñanza-aprendizaje. Para adaptarnos mejor a este entorno en permanente cambio, modificamos los estilos de aprendizaje, los medios y recursos, las necesidades de formación, la adquisición de nuevos conocimientos, habilidades y actitudes. En este sentido, tratamos de buscar nuevas alternativas educativas que puedan cubrir estas necesidades, fomentando la utilización de las nuevas tecnologías y teniendo en cuenta que el alumno ha de dotarse de una serie de habilidades que le capaciten para aprender de forma autónoma y colaborativa, a la vez que gestiona su conocimiento.
De esta forma, el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) se configura como una alternativa educativa innovadora que favorece un aprendizaje autónomo y autodirigido que favorecerá un aprendizaje para toda la vida. Asimismo, las nuevas tecnologías emergen como un apoyo fundamental de esta teoría, ya que impulsan todo aquello que busca esta línea de aprendizaje.
En esta línea, en el marco del constructivismo y siguiendo la metodología ABP hemos diseñado la actividad “¿Cómo innovar para conseguir los máximos beneficios para nuestra entidad?”, que resulta muy apta para incorporar a los currículos ordinarios en cualquier materia o nivel simplemente a través de la adaptación del problema a las exigencias de la materia y las condiciones cognitivas de nuestros alumnos.
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